2 de marzo de 2012

CHILE: MOVIMIENTO POPULAR DESPUÉS DEL 2011

Estuvimos en Chile, pero de manera especial tuvimos oportunidad de asistir a las primeras evaluaciones que las diferentes organizaciones están haciendo frente a la gigantesca movilización social ocurrida en todo Chile el año pasado, que sin duda fue un campanazo, así para los chilenos como para todos los pueblos de Latinoamérica, donde sin duda alguna, los jóvenes son sus principales protagonistas. Damos cuenta, a través de los siguientes testimonios de algunas impresiones al respecto. (A.M.)

JULIO MATURANA.

Secretario Ejecutivo de la FECH
(Federación de Estudiantes de Chile)

Con la participación estudiantil, la FECH ha sido uno de los principales articuladores del movimiento social que se ha vivido en Chile recientemente. También ha sido sujeto principal de la confrontación con el gobierno. En el actual momento, nuestra organización, como todas las demás, estamos haciendo un balance, para proponer nuevas estrategias de lucha contra el gobierno y la represión con la que se nos ha tratado, y para llevar a cabo las ideas que el movimiento estudiantil considera necesarias. Nosotros planteamos la necesidad de la educación gratuita, de calidad, pero sabemos que esto no vamos a conseguirlo de un día para otro, sino en un proceso de muchos años. Pero es necesario dar el primer paso, y eso significa también involucrar a todos los sectores sociales porque la educación no es un hecho exclusivo de los estudiantes, sino también de las familias, de los trabajadores, de la sociedad en general, porque es el sustento del futuro en todos los planos: social, político, económico, cultural. La educación es uno de los pilares de la nación y les incumbe a todos y todas.

NATALIA ALVAREZ
Estudiante de 4to de media.

La participación de los jóvenes ha sido masiva porque el problema de la educación es obvio. Pero a pesar de eso, la gente no lo notaba. Un niño de bajos recursos tiene mucha diferencia con el de papás que pueden pagar un colegio particular, muy diferente a un colegio municipal. En esos colegios particulares, cobran hasta 400 mil pesos mensuales. No todos los niños chilenos se están educando con los mismos recursos. Por eso nosotros partimos con varios lemas, como: “educación estatal pública y gratuita”, “fin al lucro”. Este año no lo conseguimos, por eso tenemos que seguir, hay conflicto de intereses y el gobierno no va a ceder así nomás, seguiremos en la lucha, quizá con otros métodos, pero igual hemos ganado experiencia. Pero esto no para. Hay que buscar nuevas formas de movilizarnos. Yo tenía 13 años en la “revolución pingüina”, pero igual trataba de hacer lo que podía, también allí ganamos experiencia, nos sentamos a negociar y nos metieron la ley general de educación, nos metieron el dedo en la boca. Pero ahora no es lo mismo, quisieron sentarnos a conversar, pero nosotros rompimos la mesa de diálogo porque ellos jamás han tenido la disposición de hacer una educación gratuita. Ellos querían pasar la educación a las corporaciones, pero a cargo de la municipalidad, es decir, más de lo mismo. Ellos no estaban dispuestos a ceder, pero se nos trató de intransigentes a nosotros. Nosotros no tendríamos que negociar nada porque la educación es un derecho. Una gran tarea en este año es que todos comprendamos que todos los aspectos de la vida están interrelacionados: la educación no solo es asunto de estudiantes, acá está la sociedad en su conjunto. Porque en educación, salud, vivienda el endeudamiento está presente, ese es el sistema, y hay que tomar una posición frente a ello.


LUIS ANTONIO SIATAUCARI

Asociación Aymara Intimarca de la Región Metropolitana de Santiago.

Pertenezco al movimiento indígena en Santiago. Participamos en forma activa con nuestras propias demandas y adhiriendo a la lucha de los estudiantes por educación pública gratuita. Se ha abierto una gran esperanza de que el pueblo pueda organizarse y participar con fuerza en la recuperación de sus derechos. La perspectiva es muy promisoria, los sectores sociales están tomando conciencia y se están organizando con su capacidad de crear nuevas estructuras políticas que respondan a sus propias aspiraciones. Quizá no sea éste el año decisivo, pero vamos a seguir avanzando en la organización, y fundamentalmente deben ser los trabajadores los que estén adelante en el cambio del capitalismo, en especial, los descendientes de aymaras que han tenido que emigrar desde el norte a Santiago en busca de perspectivas laborales.


VALENTINA OLIVARES
Miembro de “Igualdad, herramienta de los pueblos”.

Soy estudiante y parte de una organización que ha participado activamente en los hechos del año pasado, que le han disputado la hegemonía a los poderosos y que junto con otros sectores estudiantiles y sociales lograron ponerlos en jaque. Hemos logrado salir del estado de adormecimiento y dominación absoluta en que ha estado el pueblo chileno. Esto ha sido posible por los procesos de construcción y acumulación que hemos llevado a cabo los últimos años, no solamente los estudiantes sino también otros sectores del pueblo chileno: pobladores, trabajadores, empresarios. Cada uno con sus dificultades, asumiendo que en los últimos años, de post dictadura, los movimientos sociales han actuado de manera muy disgregada, y con las acciones de una “Concertación” en el gobierno, políticos que cooptaban con mucha facilidad la iniciativa del pueblo. La izquierda revolucionaria no ha estado disputando el poder, sin capacidad para conducir el movimiento so¬cial. Esto debido a la desarticulación política impuesta por la dictadura, heredada por los diferentes sectores sociales, por la dinámica de cooptación y la cultura que impuso el gobierno de la “Concertación”. Esta instala una nueva dicotomía de “dictadura de la democracia”, es decir no importa si tenemos gobiernos civiles o militares, sino el modelo de sociedad para el cual esta dictadura se instala. Es así como aparece en nuestro país el modelo neoliberal más radical en el mundo.

En estos últimos años, los trabajadores nos encontramos con muchas dificultades. Un porcentaje muy bajo de trabajadores está sindicalizado, es decir, la organización sindical ha sido mermada por este proceso de despolitización, allí se encuentran dirigentes muy burocratizados y corruptos, además no hay facilidades legales para que la gente pueda organizarse efectivamente. Por ello ahora estamos generando comités de convergencia de diferentes sectores sociales, pobladores, trabajadores y estudiantes para disputarle el poder político formal en las comunas, en las municipalidades. Tenemos un par de experiencias a nivel nacional y allí vemos cómo el movimiento social va construyendo fuerza política, y uno de esos brazos de la disputa política está en las comunas, porque el poder popular ha sido secuestrado o ha desaparecido en los últimos años. Por eso nosotros estamos en un nuevo escenario y nos constituimos en “Igualdad, herramienta de los pueblos”, un partido que se ha legalizado en las tres primeras regiones del norte, y está en vías de legalizarse en tres regiones más, para participar en las elecciones municipales del 2012 llevando candidaturas populares con pobladores, trabajadores del territorio que sean la voz de sus comunas. Este es un proceso de convergencia, hay compañeros que son marxistas y de diferentes tradiciones. Esta es una herra¬mienta nueva, tenemos un año apenas.

Estamos reconstituyendo la izquierda en Chile. No solamente la gente que estamos en “Igualdad” sino también diversos sectores de la izquierda con una intención revolucionaria han salido a las calles, están en la movilización social, son parte de la conducción estudiantil, sindical, poblacional, aún de manera incipiente. Estamos en un proceso donde hay varias tareas: una es la disputa del poder formal y los espacios que pueden generar, no solamente la institucionalidad del Estado, otra tiene que ver con la coordinación de las luchas, es decir, cómo nos integramos a los trabajadores, a los pobladores, a los estudiantes. Otra más: la construcción del proyecto. Hoy el debate sobre la herramienta, sobre el partido, sobre la estrategia, es estéril sino se da en el seno de los movimientos sociales, hacia la recomposición de un campo popular. Nosotros creemos que hay que construir un proyecto popular. Ese es el ciclo que estamos atravesando actualmente en el país, y para ello hay elementos que son fundamentales: hay varias demandas de cambio de la constitución, pero creemos que siendo eso importante no tiene sentido si hay una asamblea constituyente convocada por los que hoy están en el poder que sólo van a reordenar el aparato estatal dándole legitimidad a una constitución que va a ser igualmente inequitativa como la que tenemos hoy día. En vez de hablar de asamblea constituyente, ahora los mejores hijos e hijas de nuestro pueblo debemos ser capaces de dibujar este proyecto de transformación radical. La lucha reivindicativa debe ir acompañada de la construcción del proyecto. Yo estoy muy entusiasmada porque tenemos mucho qué hacer.

“ESOS 100 MIL JOVENES DEBEN VOLCARSE A LA POBLACIÓN”

MARIO HOARE, opinión de un marxista chileno.

La movilización que los estudiantes llevaron a cabo durante el año 2011 tuvo una característica que va más allá de la lucha estudiantil por la forma en que se planteó el movimiento. En la sociedad chilena hay, evidentemente, un descontento muy grande con el sistema económico neoliberal que, como sabemos, tiene una ferocidad que es desconocida en otros países de Latinoamérica. Este sistema se aplica, al amparo de una dictadura, en la forma más ortodoxa, profundísima. Privatizaron absolutamente todo, todo lo que se mueve tiene un fin de lucro, empezando con las pensiones de los trabajadores, así con los servicios que tienen fin de lucro y ya están privatizados, el agua, la luz, el gas. Prácticamente no existe nada que tenga el amparo del Estado. Esto ocurrió también con la educación. Planteada así la situación en todo el país, obviamente los estudiantes protestaron.

Sin embargo, a poco de echarse a andar el movimiento, los estudiantes se dieron cuenta que la educación era un punto más, una arista más de todo el problema global que tenemos como sociedad. Por lo tanto, ampliaron su demanda y exigieron una nueva constitución. Los profesores también participaron, ellos vienen luchando desde que comenzó esta llamada “transición a la democracia”. Ellos empezaron a movilizarse por demandas históricas, durante la dictadura les quitaron parte de su sueldo, les quedaron debiendo las pensiones cuando el sistema pasó de estatal a privado o municipal, perdieron gran parte de sus ahorros previcionales, perdieron beneficios que ellos les llaman “deuda histórica”. Ellos están desde siempre, digamos, todos los años tratan de reconquistar esas pérdidas. En el camino han muerto cientos de profesores, y nunca recibieron esos beneficios. Por tanto, los estudiantes plantearon los temas, pero los profesores fueron un elemento importante, dada la profundidad de la propuesta estudiantil, y la simpleza del discurso -el fin del lucro, por ejemplo, una de las demandas que más golpeó- porque el lucro está prohibido por ley, y aquí los chicos fueron legalistas.

Ahora frente a voces pesimistas, hay que decirles que éxitos concretos no se pueden lograr aún. Lo sabíamos desde el inicio del movimiento, frente a un gobierno como el de Piñeira, absolutamente neoliberal acompañado de todas las fuerzas que implantaron este sistema, no puede haber cambios en la educación no solamente por aspectos ideológicos sino también económicos. El negocio de la educación está en sus manos. Y es un negocio de muchísimo dinero. Por lo tanto es imposible que dijeran: “muy bien, vamos a cambiar el sistema”. Entonces, como pasó en el movimiento de los “pingüinos”, en el 2006, -donde estuvieron estudiantes secundarios solamente, les hicieron promesas, los engañaron-, pero a los de ahora, habiendo aprendido la lección no pudieron engañarlos. Sí se han logrado éxitos, pero éxitos que van a dar frutos a futuro.

Obviamente, el sistema va a tratar de defenderse por todos los medios. Y no solamente defenderse, sino atacar, como siempre. Está en marcha una ley de proscripción de los movimientos populares, esta ley está dirigida a los estudiantes, lo que quieren es criminalizar las movilizaciones, por movilizarse puedes ir a la cárcel, una “toma” será un delito contra la propiedad privada o pública. Pero el éxito del movimiento se ve en que esa ley no va a pasar. Es una propuesta del ejecutivo que la oposición, representada por la “Concertación”- que tiene una bajísima aceptación de la ciudadanía- no se va a arriesgar a ponerse en contra de los movimientos populares.

El desafió en nuestro pueblo es la construcción de un gran espacio popular. Allí veo buenas perspectivas, no soy pesimista, porque este movimiento social tuvo el apoyo del 80% de la población, muchísimo, la aprobación actual al gobierno es de 23% y tiende a bajar más. ¿Qué van a hacer ellos? Obviamente, van a tener que modificar su estrategia. Porque si bien las movilizaciones con 100,000 estudiantes en la calle han sido buenas, y tuvieron mucho éxito, debemos construir ese gran espacio popular. Si bien se le atribuye al Partido Comunista estar detrás de la movilización, pero éste adolece de contradicciones muy profundas, mientras la juventud va adelante, su cúpula directiva hace pactos electorales con la “Concertación”- que en el principio representó a los partidos que querían una salida negociada de la dictadura, muchos “renovados” que volvieron socialdemócratas del exilio, y otros “por la democracia”, liberales que ahora cada uno hace lo que le conviene-. En mi opinión el Partido Comunista, absolutamente legal, aporta un balón de oxígeno a la “Concertación”. La perspectiva está en los movimientos sociales, los estudiantes deben volcarse hacia la población. Si a través de fuerzas organizadas, esos 100,000 jóvenes en jornadas de difusión de las ideas, van a entregar elementos ideológicos y fundamentos sobre porqué el sistema está dañando a la población, si este ejército de desocupados, si esa gran masa llega a ser captada, entonces podemos tener allí la base de un gran movimiento social del pueblo chileno.



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