1 de diciembre de 2011

EDITORIAL

“Nada cae del cielo,

todo lo hemos conseguido luchando;

lo que ha de hacerse en el futuro

nos costará tanto o más”.

(En una pared del local MOVADEF, Lima)

El sábado 19 de noviembre el conjunto de activistas del MOVADEF se reunió en un local y, en un ambiente festivo y de unidad, celebró su segundo aniversario, que coincidentemente, alcanzaba tam­bién un importante pico en su meteórica presencia en el país: el número de firmas requerido por el Jurado Nacional de Elecciones para lograr su propósito de ser un sujeto activo en el ámbito de la gestión pública, sin dar un paso atrás en sus principios, haciendo uso de su derecho a la participación en la vida política del Perú.

Los activistas han cumplido una tarea verda­deramente exhaustiva en la recolección de firmas. ¡No paraban! Este es el resultado. Nuestro saludo por ese esfuerzo incesante. Aunque aún no se tiene el partido ganado, nuevas y ricas contradicciones se abren aho­ra. Las masas profundas de nuestro pueblo esperan que palpitemos a su lado, que estemos en el corazón de sus demandas. Nunca más que ahora las luchas del pueblo peruano demandan una dirección, un ideario que encamine sus logros. Esa es una labor por cons­truir.

No ha sido, sin embargo, este periodo favora­ble a la labor informativa. No hicimos mal en adherir públicamente a favor del MOVADEF. Sin miramien­tos, es el más importante frente de izquierda de nues­tro tiempo.

Por eso, es cuanto más repudiable la Resolu­ción 0224-2011 del JNE que a último minuto conoce­mos y que descalifica la inscripción de MOVADEF. Estamos delante de un siniestro embate de quienes no quieren nuestra participación en la vida política del país, incluso sujetándonos a una Constitución que supuestamente garantiza la libertad de ideas y pen­samiento. Estamos seguros que delante de esta situación habrá una respuesta legal, pero también la ma­siva movilización de todos aquellos que nos apoyaron con sus firmas. Porque con esta resolución se están coaptando sus derechos, poniendo al descubierto la mezquina composición del poder.

Es ese poderoso frente de izquierda armado de una ideología científica que garantiza una presen­cia cualitativamente superior en la vida política del país, aquello que temen.

EL DIRECTOR




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