11 de septiembre de 2010

ENTREVISTA AL GENERAL WILSON BARRANTES

GENERAL WILSON BARRANTES:

¡AMNISTÍA Y RECONCILIACIÓN AHORA!

En un afán de transformar el país, en el conflicto interno producido en el Perú en los años 80, rebeldes y revolucionarios se enfrentaron a las fuerzas armadas del Estado. Como lo hemos visto recientemente, la secuela de dolor y resentimiento llega a nuestros días, como parte de las heridas aún abiertas y del costo que el pueblo peruano debe seguir pagando para alcanzar, por fin, una verdadera reconciliación.Entrevistamos a un alto jefe militar que representa el sentimiento de un conjunto de militares y policías, y su demanda de dar punto final a una situación que sólo conviene a quienes quieren detener el avance del Perú, o llevarlo a la pérdida. Respetuosamente, acogemos en nuestras páginas, al General Wilson Barrantes. Estas son sus opiniones.



Sabemos que Ud. ha expresado opiniones favorables respecto al tema de la amnistía general, ¿porqué cree en la conveniencia de ésta?

En realidad, después de 20 años del conflicto interno, se llegó a considerar los hechos, se llegó a crear una comisión de la verdad y la reconciliación. Esta comisión llegó a elaborar un informe del cual yo discrepo, pero sí hay aspectos importantes. Por ejemplo, el análisis situacional, cómo estaba el Perú, este aspecto es veraz y allí no tenemos discrepancias. Ahora, el tema de la reconciliación ha quedado en el discurso. No hay reconciliación posible mientras sigamos diciendo no al perdón y al olvido. Jurídicamente hablando, no hay solución posible para que un país se reconcilie con sus ciudadanos y sus instituciones si no hay perdón y olvido. Eso para mi es gravitante. Y la fórmula política y jurídica es la amnistía. Y la reconciliación es un paso importante para que el país se reencuentre con todos sus ciudadanos, y creo que esta reconciliación supone una amnistía a las partes que tuvieron que ver con el conflicto: me refiero al Estado y a las organizaciones terroristas. Se tendrá que evaluar en qué medida tuvo responsabilidad cada parte. Pero de todas maneras tiene que haber reconciliación y amnistía. Si no, seguiremos polarizando el Perú entre los buenos y los malos. Para pasar al desarrollo, el Perú necesita reconciliarse, y necesita una amnistía. Ejemplos tenemos en Francia, Alemania, Inglaterra, y, en países latinoamericanos, como Uruguay. En el Frente Amplio de Uruguay, acaba de ganar las elecciones Pepe Mujica, un ex guerrillero, claro que allí el conflicto ha sido distinto al peruano. En cambio, Argentina, que sigue tocándose heridas del pasado, es un país que más que avanzar, retrocede. Yo siempre he admirado a Argentina, estaba camino al primer mundo, pero ahora es igual que el Perú: polarizado entre civiles y militares, ha retrocedido. Temo que el Perú pueda desbordarse por ese camino, alentado por traficantes de los derechos humanos que pretenden sacar ventajas y llenarse de dinero. Todos sabemos lo que pasó en el Perú, pero seguimos polarizados entre los buenos y los malos. Es verdad que ocurrió algo grave en el Perú. ¿Quiénes son los culpables? Todos. Toda la república, toda la nación. Todos tenemos una cuota de responsabilidad. No podemos rasgarnos las vestiduras con el tema de la amnistía. El tema hay que tomarlo con prudencia, con serenidad. Y por supuesto, el Perú necesita avanzar, ese es el tema de fondo.

Algunos políticos reconocidos han expresado su adhesión al tema. ¿Qué intereses impiden que esta demanda social se cristalice?

Hay que decir las cosas con claridad. En 1995, había un promedio de 500 organizaciones no gubernamentales, ahora hay más de 3,500. Y muchas se mueven alrededor de los derechos humanos. Se supone que el único defensor de los derechos humanos es el Estado, por lo tanto es el único violador. Esas ONG no están en la defensa del Estado. Todo lo contrario. Pero en un conflicto se violan los derechos humanos. Entonces, ¿quiénes están interesados en que no haya amnistía? Los que viven del derecho humano. Yo viví el conflicto desde el grado de capitán hasta el grado de general. De este negocio vive mucha gente. Nunca se expresaron a favor de los derechos humanos de los militares, de los policías. Muchos perdieron la vida, quedaron discapacitados. Se aprovechan de aquello que seduce a la gente, la defensa de los derechos humanos. Pero eso es una fórmula vacía. ¿Quién defiende a los niños que salen a la calle a pedir plata? ¿A los discapacitados? ¿A los ancianos? ¿A los tuberculosos de Huaycán? Nadie. ¿Quién defiende a los que toman por desayuno una taza de te, y nada más?

¿No le parece que, justamente, la única forma de resolver estas contradicciones sea asumir de manera decidida una reconciliación nacional?

Ya lo he dicho. El tema de fondo es ese. El Perú necesita reconciliarse. La reconciliación debe ser una política de Estado. Cuando digo que debemos tender puentes, por ejemplo, quiero decir, mejorar las condiciones de vida a los más necesitados, eso fue lo que generó el conflicto social. Los soldados han expuesto su vida sin ningún apoyo económico del país. Cuando un soldado moría, lo ascendían y lo pasaban a la caja de pensión policial militar. ¿Quiénes hemos pagado la pensión a la viuda y a los huérfanos? Nosotros, los oficiales, para que mis compatriotas caídos tengan esa atención. Ahora nos dicen que la caja está quebrada, y es que el Estado le debe más de 1,200 millones de soles. Y todos los “excesos” por parte nuestra, y que no son muchos, se deben al shock post traumático de soldados y oficiales que eran abandonados en el campo de batalla. ¿Quién es el responsable de eso? ¿El hombre? No, ¡el Estado! En cualquier país civilizado, después de un conflicto, la reconciliación es una política de Estado. Y por supuesto, esto trae una ley de punto final, o de reconciliación. Es posible que haya ciudadanos que no quieren esa ley de amnistía porque dicen que va a salir Guzmán, Polay, Fujimori, Montesinos. A mi no me preocupa eso. Los que se oponen, tienen miedo que salga Fujimori y Montesinos, y ¿sabe porqué? Porque tienen un rabazo de paja, eso les preocupa. Y los medios de prensa conocen lo que pienso, pero nadie lo saca, porque tienen miedo que sus jefes, el que les paga, los vaya a sacar del periódico, del medio. Yo soy un general del ejército que ha tenido el privilegio de haber estado en el combate, yo he visto a los soldados pálidos de miedo cuando estuvimos emboscados, seguro no pude verme a mi mismo, pero ahora muchos hablan tontería y media porque nunca pasaron lo que pasamos los soldados.

¿Esa política de reconciliación que debiera tener el Estado es una necesidad nacional, una condición para el avance?

Así es. Todos lo sabemos, pero la hipocresía de los medios que callan este tema, eso es lo lamentable en un Perú que quiere cambiar. Tenemos que ser más transparentes y menos hipócritas. No estoy solo en esta propuesta. Estoy con un pequeño –por ahora- grupo de militares y civiles, y además estamos haciendo una propuesta política formal a través de un frente amplio, soy su secretario general nacional, hemos presentado nuestras firmas ante el Jurado Nacional de Elecciones, queremos cambiar la administración del Estado, creemos que la única vía para este país tan diverso es la administración federal, el mayor reclamo del país es el descentralismo. Ojalá logremos resolver las observaciones del JNE y participaremos en las elecciones como un partido democrático. Nuestra propuesta es la federalización del país y la reconciliación nacional. El Perú no va a avanzar si seguimos polarizando el país.


                                                                                                       ENTREVISTA: ALBERTO MEGO

1 comentario:

kirjoittaja dijo...

You have a very nice blog! Good to read & follow.
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