Marcial Molina es una autorizada voz cultural de Ayacucho. Desde la universidad San Cristóbal, desde muy temprano se ha vinculado estrechamente a la comunidad huamangina, como actor, como escritor, como docente, como intelectual, como amigo de la gente, y ha dedicado sus esfuerzos a poner en relieve el pálpito cultural de Ayacucho.
¿Qué papel ha cumplido la Universidad San Cristóbal de Huamanga en la vida social, política y cultural de Ayacucho?
Considero que la reapertura de la Universidad San Cristóbal de Huamanga, ocurrida en 1959 y la década del 60, fue uno de los acontecimientos culturales más importantes ocurridos en el país. Gracias a los intelectuales de entonces, los primeros rectores, propiciaron una presencia significativa de intelectuales de primer orden en los diversos campos de la ciencia, el arte y la tecnología. Ellos le dieron un nuevo cause al destino de Ayacucho porque se produjo un despertar en las ciencias, en las artes, en la cultura en general, ellos trajeron conocimientos nuevos. Por ejemplo en el arte, Jorge Acuña, Octavio Ramírez del Risco, Víctor Zavala Cataño, en las ciencias sociales, el doctor Lumbreras. Indudablemente, el doctor Efraín Morote Best, entonces rector de esta universidad le dio un impulso importante a esta universidad, fue uno de los pioneros para atraer a intelectuales destacados de las principales universidades del país, se creó una gran expectativa en todas las disciplinas y se dio un gran auge respecto a la vida cultural del Ayacucho.
Ud. ha tenido una participación destacada en la actividad cultural en relación a la comunidad ayacuchana. Fue integrante del teatro de la universidad, por ejemplo, entonces llamado TEA. ¿Cómo fue esta experiencia?
El Teatro Experimental de Ayacucho se fundó después que Jorge Acuña se retira de Ayacucho por una incomprensión por parte de las autoridades de entonces. El TEA tuvo una actuación destacada por cuanto estaba integrado por estudiantes y profesores de la universidad que tuvieron la visión de llevar el teatro a las comunidades, a los barrios y a los principales pueblos. La universidad, a través del teatro y en actividades de extensión cultural, estaba comunicada con la población con diversión, enseñanza y conciencia de la realidad nacional. Hasta 1974, el TEA y el Círculo Literario Javier Heraud, integrado por poetas y escritores, cumplieron un rol descentralizador del arte porque llevaron arte, en quechua y en castellano, llevaron poesía a las plazas y a las comunidades
En la actualidad, ¿de qué manera, la universidad está vinculada a los ideales más sentidos del pueblo ayacuchano?
A partir de los años 80, se produce un periodo muy violento en el Perú. Entonces, yo regresaba del extranjero, y encontré una “tempestad en los andes”, como en el libro de Valcárcel. Sin duda, estos hechos modificaron la vida cultural de Ayacucho. La universidad transitó caminos de incertidumbre, caminos de intranquilidad y angustia, no sabíamos qué podía pasar y la actividad cultural se detuvo: rejas invisibles se abrían a las 6 de la mañana y se cerraban a las 6 de la tarde. En la noche, las bombas, los gritos, los aullidos de los perros, las incursiones. En ese clima de desapariciones y muertes, apareció un botadero que se llamaba “purakuti” -cuando las personas no encontraban a sus familiares o no retornaban a sus casas, iban a ese botadero a buscarlos y debían pelear con los perros y los chanchos porque ya estaban comiéndose los cadáveres. Fue una época muy dura para Ayacucho, seguramente para todo el país, pero en Ayacucho fue terrible. Rememorar nos causa aún mucha angustia. Y eso ha significado muchas limitaciones para la vida cultural de la universidad, y para muchas cosas en general. Sin embargo, sobrevivimos, nos aferramos a la vida y hoy sabemos que a través del arte y la literatura, la poesía y la música, aparecerán estas vivencias paulatinamente, aunque todavía hay mucho temor.
En el periodo de balance en el que nos encontramos, ¿no le parece necesario tener una visión política de los hechos, de manera que no nos quedemos en el dolor, atenazados por el pasado, y tanto la universidad como todas las instituciones deben volver a vincularse a la comunidad, aquella que las justifica como instituciones sociales?
Ni el pueblo peruano ni el mundo entero deben dejar de sacar lecciones de estos acontecimientos. En estos tiempos hay un reactivamiento de la cultura, y la universidad sigue cumpliendo un papel muy importante en el desarrollo del arte y la cultura. En este sentido, el centro cultural donde nos encontramos cumple un papel. Le hemos dado un impulso grande en el desarrollo de la ciencia, el arte y la cultura. Se han hechos festivales de cine, de teatro, incluso el IV Encuentro Mundial de Teatro de Grupo se realizó aquí. Esto nos acerca a otras realidades y ha renacido la esperanza en el papel del arte y la cultura. Asimismo, conferencias científicas, congresos internacionales de escritores, presentaciones de libros, son canales a través de los cuales la universidad se abre a la comunidad, y a través de su centro cultural se presenta la producción intelectual de todas las facultades de la universidad.
Le expresamos nuestra felicitación por esta labor, tenemos entendido que fue Ud. gran impulsor y primer director de este centro cultural. Y a propósito, recientemente, se ha ofrecido aquí una exposición de obras del taller de arte y artesanía “Nueva Semilla”, integrado por artistas que son al mismo tiempo prisioneras políticas. ¿Qué impresiones produjo en el público de Huamanga y qué opina Ud. sobre su demanda de amnistía general?
Efectivamente, el centro cultural de nuestra universidad ha acogido con mucho gusto a estas artistas. El público ha espectado con mucho entusiasmo el valioso aporte artístico de estas excelentes creadoras, que, no obstante su condición de prisioneras, se ve su libertad de pensamiento y su calidad, así como su concepción del mundo trasmitida magistralmente a través de sus obras, que aquí se han mostrado incluso con explicaciones a todas las personas que asistieron, especialmente los jóvenes. La manera didáctica de interpretar la historia de la humanidad ha sido un valioso aporte de estos artistas. Al final, hubo una clausura con presencia de autoridades y mucho público, donde se les aplaudió y se dio el reconocimiento por el trabajo tan interesante de estas artistas, prisioneras actualmente, pero tan libres de mente. En cuanto a la amnistía general, debiera ser preocupación de los hombres más esclarecidos, privar de la libertad a las personas por razones políticas no es dignificante para el país. Es un tema para evaluar seriamente, la historia siempre ha sido justa y si lo amerita el momento, tiene que haber una amnistía general.
Recientemente repercutió la demanda firme de los jóvenes universitarios por definir el rumbo de la universidad y principalmente las elecciones que definan a sus autoridades, ¿qué ocurre al interior de la universidad en el actual momento?
Ciertamente, hubo un evento violento. El detonante de este hecho fue el otorgamiento de los plus que ha tenido la universidad a los trabajadores no docentes, un incentivo. Esto generó una gran discordia entre los profesores, agudizó la situación porque se sintieron despreciados. El sueldo de los trabajadores no docentes de esta universidad es miserable. Años atrás se dio una ley de emergencia en apoyo de los trabajadores, lamentablemente esta universidad no lo hizo. Pero este hecho no es ajeno a la realidad nacional. Considero que la actual ley universitaria ha cumplido un rol, pero ahora es necesario cambiarla, y las voces de Huancavelica, de Huancayo, de Lima, también las de Ayacucho demandan una nueva ley universitaria que permita un desarrollo real de las universidades, con un gobierno donde participen los estudiantes de manera significativa. Al interior de las universidades, particularmente en la nuestra, no se dieron condiciones para las elecciones estudiantiles pues, en cumplimiento de las normas, hubo un retraso y no se dieron esas elecciones. Sin embargo, la violencia no se justifica. Considero que hay que buscar canales para debatir, pero una fuerza de docentes ha alentado esa demanda que a toda costa quiere llegar al gobierno de la universidad, sin que las condiciones estén preparadas. Por tanto, las autoridades encargadas, incluyéndome yo, que buscaban justamente ese espacio con la participación significativa de los estudiantes, en vista que el comité electoral demoró, el tiempo avanza y a veces es difícil entender cuando uno no está en la administración, hay tanto que hacer y los organismos que tienen que normar la vida universitaria no caminan al ritmo de las exigencias. Ya le dije, la ley universitaria, los comités electorales se rigen por reglamentos y periodos. Hay necesidad de elegir a las autoridades, empezando por los decanos, por los estudiantes, ese es un proceso. El tiempo se ha alargado y eso desesperó a quienes querían asumir el rectorado a través de elecciones generales Eso está por legislarse, eso debe ser así, pero dentro de una normatividad que debe dar la Asamblea Nacional de Rectores, que es el máximo organismo universitario. Si hay una participación universitaria, al margen de la ley universitaria, como ha ocurrido en Cajamarca, indudablemente va a haber conflicto. Por eso considero que la asamblea de rectores debe reunirse urgentemente para ver este problema en consonancia con la situación del país, para concordar con el desarrollo de cada región. Una ley es muy general, no particulariza.
Durante mucho tiempo la universidad ha sido el feudo de grupos, pero también expresión democrática donde los estudiantes han luchado por su derecho a la educación en función a servir a la comunidad. ¿De qué manera puede la universidad reencontrarse con la comunidad?
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Marcial Molina y Jorge Acuña, entonces profesores de la Universidad de Huamanga, actuando en la Plaza San Martinde Lima |
El sistema universitario peruano considera tres actividades fundamentales: la formación profesional, la investigación científica, y la proyección social y extensión universitaria. Tres fundamentos importantes para la existencia de la universidad. ¿Están cumpliendo verdaderamente las universidades en una formación de alto nivel? ¿Tendrán profesores de calidad? ¿Los sueldos que ganan estos profesores estarán a la altura de su misión? En estos tiempos, debe priorizarse la investigación, así como la formación profesional. En la mayoría de las universidades, la investigación es un complemento de la actividad del docente, un verdadero investigador debe dedicarse a su labor, no puede estar preparando y dictando clases. La investigación científica y tecnológica tiene que hacerse con profesores dedicados especialmente a ello, o con una menor carga. Las actividades de proyección y extensión universitaria han disminuido en todo el sistema porque se les asigna un presupuesto irrisorio. Precisamente por eso la universidad de Huamanga ha creado este centro cultural que nos permite, por un lado mostrar los valores culturales de la región, hacerlos conocer en el mundo, como también conocer la producción cultural del mundo, difundirla en nuestro centro cultural, a través de un presupuesto al margen de la universidad: hemos creado una fundación universitaria con fondos propios que revierten para el desarrollo de este centro cultural. Es una nueva política de proyección social y de vinculación con la cultura del mundo. (A.M.)