1 de septiembre de 2011

CAJON DE SASTRE

amegope@yahoo.com

El Perú se ha puesto a la altura de los países desarrollados, según la propaganda hecha por el canal del Estado, con la construcción y reciente inauguración del Gran Teatro Nacional. Ubicado en la misma zona del Museo de la Nación y la Biblioteca Nacional, constituirá un gran centro cultural con sus 11,740 mts cuadrados, y un área construida de 15,000 mts. así como con su sofisticado diseño arquitectónico y una capacidad para admitir 1,500 personas en su auditorio principal que tiene plateas, palcos, luces y escenarios manejados con un sistema computarizado. Es otra de las obras  elefantiásicas del ex presidente García, y como tal, no sabemos a ciencia cierta cuánto dinero ha costado, cuánto se quedó en el camino, y sobre todo para qué puede servir tanto oropel.

Pero ¿construyendo un gran auditorio, se tiene automáticamente un gran teatro? Trajinada palabra ésta, y ya desde hace muchos años. El teatro en el Perú sigue siendo un desafío, a pesar de sus notables dramaturgos, del esfuerzo de los grupos y de sus talentosos actores. Sin ir muy lejos, el grupo de teatro “Yuyachkani” que se inició identificado con las luchas del pueblo y devino en destacado representante del teatro nacional, ha celebrado recientemente 40 años de vida artística. Pero esta celebración, a la que adherimos sin reservas, no se realizó con una obra teatral que sintetice la trayectoria del grupo y su identificación social, sino con un pasacalle en las céntricas avenidas de Lima.

Es decir, el teatro sigue en la calle, buscando reflejar la realidad que vive nuestro pueblo, sirviendo a orientar sus justas luchas por sus derechos fundamentales y por la transformación de la realidad, y no siempre con obras de teatro.

El gran teatro nacional es pues otro nombre de nuestras grandes expectativas, desde el punto de vista del arte. Y construir un enorme auditorio puede ser también una manera de atraer la atención mundial, pero el gran cernidor de la historia demanda obra, error, rectificación, y otra vez obra, una que cale en el espíritu de las masas, especialmente si las puertas están abiertas de par en par, por donde puedan entrar con toda confianza las caudalosas vivencias del pueblo.

Deysi Cori, una talentosa joven de 18 años, es nuestra gran campeona mundial de ajedrez. Congratulaciones a ella, y a todos los jóvenes peruanos que ella representa.



Hay razones para creer que Susana Baca puede hacer una mejor gestión en el Ministerio de Cultura.



Como expresión de los rezagos feudales que subsisten en nuestra sociedad, la Iglesia, a través de su grupo más reaccionario, el Opus Dei, pretende imponer su dominio sobre la Universidad Católica que en los hechos está defendiendo su derecho a la libertad de expresión y conciencia, así como la autonomía universitaria. Es tarea de los estudiantes movilizarse en la defensa de una auténtica reforma universitaria.



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