1 de agosto de 2012

TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN AL PERÚ


Por Emilia Rázuri


HUARAL
Siguiendo con nuestro Aleph llamado Perú, que­remos hablar ahora de Huaral, zona cercana a Lima y que desde hace años está muy presente en las mesas de la ciudad a través de su producción principalmente de frutas. Las na­ranjas “Huando” por ejemplo, fueron muy conocidas en los mercados de Lima en los años 60 y 70. El territorio donde está la provincia fue hace muchos años el espacio de la cul­tura Chancay, heredera de una larga tradición de señoríos y reyes prehispánicos. Durante la Colonia, los españoles for­maron aquí la reducción indígena de San Juan Bautista de Huaral (1551). Y muchos años después, en una extensa pro­piedad agrícola, prosperó en Huaral la terratenencia de la fa­milia Graña. La casa hacienda está muy bien conservada, el diseño arquitectónico y los iconos representativos muestran las concepciones aristocráticas de sus dueños de entonces.
Plaza de Armas de Huaral

Hay otros lugares destacados como la zona arqueo­lógica de Rúpac Marca Kullpi, importante legado de la Cul­tura de los Atavillos (900-1460 d.C.). Es llamado el “Machu Picchu Limeño”. En una ciudadela con sólidos techos abo­vedados, algunos de sus 51 edificios llegan hasta los 10 me­tros de altura y están construidos al borde del abismo. Otros atractivos como Chiprac, Ahay y Colpa, así como el llamado Castillo de Chancay, tienen historias subyugantes. Este últi­mo, con sus más de 100 habitaciones, fue construido entre los años 1924 y 1942 sobre una superficie de 10,000 metros cuadrados en un acantilado rocoso frente al mar Pacífico.
Ciudadela Rupac en Huaral

Sin embargo, las condiciones de vida actual son desfavorables a las enormes mayorías de huaralinos y con­vierten a ésta en una tierra de dificultades para la supervi­vencia. Recientemente, en el marco del desarrollo del taller “Presupuesto Participativo 2013, el director del antiguo hos­pital de Huaral, Luís Caro de la Cruz hizo una exposición de la problemática del sector salud. El manifestó que si bien las cifras señalan que nuestro país está en un momento de crecimiento económico, pero que éste no llega a los sectores más necesitados de nuestro país, y de Huaral en específico, lo cual se refleja por ejemplo en la mortalidad infantil. No obstante, hay en Huaral un gran potencial entre sus jóvenes y sus mujeres, sus trabajadores en general, pues en todos los casos son la reserva del futuro de esta provincia.

LUNAHUANÁ
A poco más de dos horas, muy cerca de Lima, existe un paisaje maravilloso. Se trata de Lunahuaná, ubi­cado a 38 Km al este de San Vicente de Cañete, es la ca­pital turística de Cañete que se extiende como una franja fértil llena de huertos y viñedos a ambas márgenes del río Cañete. Este es un valle típico por el verdor de sus pacaes, ciruelos, membrillos o manzanas, dependiendo de la esta­ción. Además es un lugar ideal para practicar canotaje y ciclismo de montaña, entre otros deportes de aventura. De su pasado dan cuenta los restos arqueológicos de Incahuasi y las tradiciones orales que aún recuerdan el enfrentamien­to entre incas y lugareños y más tarde el establecimiento de las poblaciones coloniales. En Lunahuaná hay sol duran­te casi todo el año y ello es muy favorable para hacer un sencillo tour por las bodegas vitivinícolas donde se ofrecen toda clase de vinos y piscos. A orillas del río, hay una gran caballeriza donde se ofrecen paseos a caballo.

Es relativamente económico porque hay hospeda­jes y restaurantes para todas las economías. Así mismo, es la buena comida lo que caracteriza a Lunahuaná, con pla­tos a base de camarones. Sus fiestas más conocidas son el Festival de la Uva, Vino y Canotaje (febrero), el Festival de Deportes de Aventura (marzo) o el Festival del Camarón (octubre – noviembre). Sin embargo, lo que más resalta en Lunahuaná – de donde se dice son los peruanos más longe­vos – es la gente y su amabilidad con los foráneos. Solo hay palabras afectuosas para ellos.

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