Porque han sido dos partes en contienda y los derrotados, las fuerzas nuevas son las que enfrentan las peores condiciones; los vencedores si bien tienen menos dificultad también están expuestos a las detenciones, juicios y condenas pues si los revolucionarios entregaron la vida por transformar el sistema, los otros también entregaron la vida para defender su sistema, unos y otros peruanos, y los hijos del pueblo en ambas partes tienen un fondo común que los une.
¿No sería más saludable para un Estado en vez de arrastrar el problema interminablemente ponerle fin con una ley de amnistía general a nivel del Congreso? De esa manera los menos ya no irían a juicio ni verían perjudicadas sus carreras, ni sus familias ni sus instituciones, y a los más que ya tienen alrededor de 20 años en cárcel les significaría la libertad.
Ese proceso pondría fin a la persecución de los liberados, sus familiares y abogados. Acabarían las requisitorias y se derogaría todo el sistema ilegal antisubversivo que ya no corresponde a la situación social, pero que se utiliza como pretexto para mantener leyes represivas contra la lucha popular. Se abriría también la solución de aquellos que estando en armas asumen Solución política, Amnistía General y Reconciliación Nacional. En síntesis, serviría a la solución política de los problemas derivados de la guerra que implican: “inocentes encarcelados, requisitoriados, desaparecidos, damnificados, exiliados, prisioneros políticos y prisioneros de guerra y de quienes aún continúan en armas; aparte de para no abundar, zonas aún ocupadas militarmente y una legislación antisubversiva violadora de las más elementales normas del derecho nacional e internacional”, como lo señalara el Dr. Guzmán en la carta del 19 de diciembre del 2000 al Presidente Valentín Paniagua.
La reconciliación nacional implica que cada una de las partes asuma la responsabilidad política que le compete, para el Estado implicaría reconocer que hubo una guerra civil en el Perú y lo que corresponde es un plan de reconstrucción nacional, con reparaciones a las viudas, a los hijos y reconocimiento a los héroes; pero como se sienten los vencedores no quieren reconocer su responsabilidad de la política genocida que aplicaron. Contrariamente a la situación de los revolucionarios que están presos, con juicios y sentencias que constituyen una muerte en vida y sí han asumido sus responsabilidades. Nunca en la historia peruana hubo tantos y por tanto tiempo revolucionarios y comunistas presos como hoy.
I CONVENCIÓN NACIONAL DEL MOVIMIENTO POR AMNISTIA Y DERECHOS FUNDAMENTALES |
“En el contexto internacional vivimos el término de la ofensiva general del imperialismo con hechos que registramos desde setiembre 2001, las dos grandes derrotas en Irak y Afganistán, la más grande crisis económica de sus sistema capitalista del cual aún no pueden salir. Hechos ocurridos en el corazón mismo de la superpotencia hegemónica única EEUU., quién ha entrado a transitar el camino de la ley de los hundimientos de los imperios, tal como ocurriera con Roma y España, por tanto ha comenzado el inicio de su fín, obviamente no será de la noche a la mañana sino en gradiente y las próximas décadas serán las más estremecedoras jamás vistas en la tierra, recordar los próximos 50 a 100 años establecidos por Mao Tse Tung”. (Pronunciamiento 8 de Marzo. Día Internacional de la Mujer. Coordinadora Popular 1º de Mayo).