27 de mayo de 2011

LOS “ERNESTOS” DE CUATROTABLAS

LOS “ERNESTOS” DE CUATROTABLAS
EN EL CENTRO CULTURAL DE SAN MARCOS

Interesados en la labor del Teatro de San Marcos, asistimos a la Casona para ver una obra basada en “Los Ríos Profundos” de José María Arguedas. Para sorpresa nuestra encontramos, efectivamente esta obra con el nombre “Los Ernestos” (como el protagonista de la novela), pero presentada por el grupo Cuatrotablas en el marco de la celebración de sus 40 años de incesante actividad, en co-producción con el Teatro del Centro Cultural de San Marcos.

“Los Ernestos” forma parte de una trilogía de obras denominada “Arguedas, el suicidio de un país”, iniciada en el año 2005 con “Ernesto y su padre” y complementada próximamente con “Ernesto y las chicheras”. La referencia al suicidio se debe a que, según palabras de Mario Delgado, su director, “la muerte de Arguedas augura un nuevo país”. Después del calentamiento actoral, en un auditorio con paredes llenas de grafitis que parecen ubicarse en la parte no reconstruida de la Casona, ciertamente se nos muestra el despliegue vital de cinco jóvenes actores representando a Ernesto, reconociendo su entorno y sobretodo conociéndose a si mismo, en su tránsito de la infancia hacia la juventud. Esta dolorosa circunstancia –la palabra adolescente se conjuga con el concepto dolor-, esta transformación es cuanto más compleja en la novela, en la medida que discurre entre dos culturas, la andina y la occidental, con el correlato social que significa en el Perú esa contradicción. Pero en la representación teatral de Cuatrotablas destaca principalmente el ego del personaje como eje dramático que se dispersa en una expresividad corporal y emocional muy rica, pero distanciada de la historia de Arguedas.

El teatro de Cuatrotablas, con Mario Delgado, su principal dramaturgo, a lo largo de los años ha puesto siempre énfasis en el juego corporal, restando importancia a los conceptos, o más bien tratando que estos se canalicen a través del movimiento y la dinámica de los cuerpos, de modo que el espectador agote su experiencia teatral lo que dura la representación. Qué duda cabe, el teatro es un espectáculo pero pensamos que sin un firme tramado puede terminar siendo solo un culto a la forma.

Saludamos decididamente la participación del Teatro de San Marcos, del grupo Cuatrotablas, de sus jóvenes actores en la celebración del centenario del nacimiento de José María Arguedas, como saludamos la persistencia de Mario Delgado por su labor en el teatro peruano.

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