1 de julio de 2011

HOMENAJE DE LA UNIVERSIDAD RICARDO PALMA AL CENTENARIO DE ARGUEDAS


“Todas las sangres”

La Universidad Particular Ricardo Palma rinde homenaje al primer centenario del nacimiento de nuestro gran escritor José María Arguedas, entre otros eventos, a través de la representación teatral de su obra “Todas las sangres”. Es justamente la noche del 24 y 25 de junio que el teatro de esta universidad presentó la obra, adaptada por el destacado y persistente escritor teatral Aureo Sotelo en el Centro Cultural Ccori Wasi, como parte de la celebración por el día del campesinado.

En esta novela, publicada en 1964, Arguedas intenta un retrato global del Perú. El título de la novela expresa la compleja vida nacional del Perú, en el que «todas la sangres» se mezclan y rivalizan duramente, teniendo todos el mismo enemigo común: el imperialismo. No es pues una invitación a la conciliación de las clases, como ahora pretenden algunos. El enfrentamiento de las fuerzas de la modernidad con una cultura y una sociedad tradicionales es el principal conflicto que aborda la novela, cuya gran pregunta gira en torno a la posibilidad de lograr un desarrollo genuinamente nacional. Las alternativas que se enfrentan van desde el proyecto imperialista hasta el utópico retorno a un orden feudal, como un sistema natural presidido por principios morales, pasando por la propuesta del capitalismo nacional. En la novela se invalidan estas opciones y se enfatiza la legitimidad moral e histórica de otra alternativa, representada por el comunero Rendón Willka, por su sentido colectivista, su adhesión a los valores quechuas, y su anhelo de una cauta modernización. Willka ha sido obrero en Lima y se propone organizar al campesinado, por lo cual es asesinado por las fuerzas armadas, pero antes anuncia el estruendo de las montañas por venir, que, en efecto, años más tarde, con la decidida participación del campesinado en la guerra interna remeció el Estado peruano y logró barrer en buena parte la feudalidad.

Adaptar una obra narrativa al teatro es complejo, y cuanto más si ésta es reconocida, todos estamos atentos a que no se traicione el espíritu de la obra, y al contrario, de manera sintética se ponga en relieve las luchas del pueblo, con su milenario sentido de dignidad, como lo propone Arguedas. Este es el mérito de la adaptación de Aureo Sotelo pues ha resumido el libro, en parlamentos precisos y acciones puntuales de manera tal que el espectador puede “ver” la novela.

Una puesta sencilla, nada de complejas escenografías o efectos espectaculares, algunos vestuarios sí, pero principalmente la palabra y el desencadenamiento de las acciones en marcha. Un teatro que descansa en el talento de sus actores y en el guión.

Son los elementos con los que esta adaptación logra cautivar al espectador. Es la dialéctica de los acontecimientos el que nos invita a seguir el hilo y a complacernos finalmente del resultado obtenido.

El director Jorge López Cano, al final de la obra reflexionó sobre su vigencia, pues efectivamente se acusa de terroristas a los campesinos que defienden sus tierras, y se resisten a ser invadidos por una modernidad que ellos no escogieron. Cumplen importante rol Reynaldo Arenas, Fernando Fernández, Carla Tabra, Anni Figueroa, Mail Vargas, Carla Rojas, Sydney Estacio, Erik Otero, Juan Muñoz, Marcus Madueño, Carla Rojas, Nátali Apaza, Lorenzo Ricco y Julio Matos y los numerosos integrantes de la Escuela de Arte Dramático, como de la propia escuela de teatro de la Ricardo Palma Ojalá esta obra sea difundida ampliamente, así lo merece. Y no hay que esperar a que el público llegue a nuestra casa, hay que ir en su búsqueda. Décadas y décadas de obtusa desinformación nos han desconectado del gran público, pero este sigue esperando.
Y cuando viene de su propia entraña, ninguna obra es más valorada, más aplaudida y celebrada que en el corazón del pueblo. Felicitaciones. (A.M.)

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