La reacción peruana a través de su Estado comandado por la gran burguesía compradora pro-imperialista y de su gobierno de turno que prosigue el plan largo de neoliberalismo y centralización presidencialista, desde los noventa elevándolo más en globalización y profundizando más la centralización presidencialista, tiene la necesidad de evolucionar el capitalismo burocrático con el objetivo de rematar su camino económico para desenvolverse como capitalista simplemente, esto mediante una nueva acumulación originaria que encierra redoblar la explotación y agravar la represión contra la clase y el pueblo.
Y esto es lo que están haciendo: mayor reducción de derechos, mayor flexibilización laboral, desaparición de la estabilidad laboral y la jornada de trabajo, reducción del trabajo asalariado (70% de la PEA sub-empleada y de la población ocupada, el 40% depende del salario mínimo); 80% de informalidad en donde no rige ni jornada, ni salario, ni condiciones de trabajo; el salario mínimo congelado por más de 3 años, con el último aumento irrisorio no cubre sino el 28% del valor de la canasta básica familiar de s/ 2,12.00 soles. El despojo de las tierras de las comunidades nativas para darlas en concesión a los monopolios imperialistas y la gran burguesía compradora, y así, miles de campesinos indígenas pierden sus tierras y son empujados a la miseria; remate de tierra de los campesinos ahogados por deudas bancarias; entrega de los recursos naturales a los monopolios imperialistas y la gran burguesía. Nueva concentración de la gran propiedad agraria de explotación capitalista, 60 mil hectáreas en La Libertad y Ancash en manos del grupo Gloria, 20 mil hectáreas del grupo Romero en Piura, Huaraz y San Martín, y las casi 150 mil hectáreas de nuevas tierras ganadas con irrigaciones serán transferidas a la gran burguesía y las empresas monopólicas.
Existe crecimiento económico pero éste no beneficia al pueblo y la clase sino sólo al imperialismo y la gran burguesía, porque es parte del camino evolutivo del capitalismo burocrático, no es el camino del pueblo. La brecha de desigualdad es cada vez mayor, de tal manera que el 10% más rico tienen 30 veces el ingreso del 10% más pobre, (para comparación, en Alemania esta relación es de 6.9, según el coeficiente Gint 2008) y el 20% más rico obtienen el 65.7% de los ingresos totales, o sea, el 80% de las masas sólo tiene el 34.3% de los ingresos. El 2008 la participación de los salarios en el PBI continúa cayendo, el 2002 representa el 25% del PBI, el 2008 era 20.9% del PBI mientras que las ganancias empresariales subieron del 58.7% del PBI a 63% en el 2008. Desde 1991 los trabajadores han perdido 9.2% del PBI, lo que equivale a un menor ingreso de sus salarios. En tanto que las ganancias de los monopolios imperialistas aumentaron solo entre 2003 y 2009 en 700 por ciento; y el 2010, las ganancias de las empresas monopólicas ascendieron a 22,000 millones de soles, lo que equivale a lo que ganarían 12 millones de peruanos en un año. Nunca antes los monopolios lograron tantas ganancias en el país, van a ganar 30 veces más de lo que obtenían al principio del 2000. Del 2006 al 2010 las mineras han quintuplicado sus ganancias, que suman 8 mil millones anuales, sin embargo, a un aumento de 50 soles, García insólitamente le llama “alguito”, y a su tan mentado Programa de Aseguramiento Universal le destina sólo 78 millones de soles, o sea, la centésima parte de las ganancias de las empresas mineras quienes no pagan impuesto por sobre-ganancias.
Queda claro en qué se sustenta y a quién beneficia el cacareado crecimiento económico derivado de los planes reaccionarios de evolución del capitalismo burocrático y de nueva acumulación originaria, y cuáles son las causas para una mayor y más extensa explosividad de las masas populares, la que quieren contener con represión o desvío de su camino. Esta necesidad económica los lleva a la necesidad política de la mayor reaccionarización de su Estado dentro del orden burgués reaccionario, proceso que es llevado adelante por el gobierno aprista encabezado por Alan García Pérez, representante
de la gran burguesía compradora, gobierno antidemocrático, antipopular y más pro imperialista que ha impuesto la tercera parte del plan de evolución del capitalismo burocrático con el neoliberalismo elevándolo más en la globalización y aplicando mayor centralización presidencialista y reaccionarización del Estado. Con este gobierno, la facción más recalcitrante de la reacción peruana se ha impuesto, señoreando al no tener oposición y por falta de una izquierda fuerte y organizada, yendo a contracorriente de la tendencia democratizadora en América Latina.
La reaccionarización se expresa en el fortalecimiento del presidencialismo, en los reajustes de sus instituciones o leyes, etc.; no es por eso extraño ver la `preponderancia del Ejecutivo en detrimento del Parlamento, es común ver hoy que se legisle a través de Decretos Legislativos y Decretos de Urgencia; también ver leyes cada vez más entreguistas como los Decretos Legislativos para la implementación de los TLC; o ver leyes cada vez más represivas que convierten la protesta popular de todo tipo, especialmente la lucha revolucionaria, en delito. Entre estas leyes está el inconstitucional Decreto Legislativo Nº 1095, del 1º de septiembre del 2010, que expresa la militarización de la represión de las luchas populares y organizaciones populares, tipificándolas de “objetivo militar” y de “grupo hostil”, quienes serán reprimidos mediante operaciones militares (Art. 4 inciso 1), dando carta blanca a las fuerzas armadas para el uso de la “fuerza letal”. Esto se complementa con el también inconstitucional Decreto Legislativo Nº 1096 por el cual todas las violaciones de derechos fundamentales, incluido el derecho a la vida en las operaciones militares por parte de las fuerzas armadas y policiales serán consideradas solamente “delito de función” y “daños colaterales” para juzgarlos en el Fuero Militar Policial, derivándose de esto que ellos serán juez y parte a la vez. Asimismo se expresa en la sistemática negación y restricción de derechos y libertades democráticas que facilite la redoblada explotación, y en la política represiva de persecución como respuesta del gobierno reaccionario aprista a las luchas del pueblo; política represiva que va desde las campañas de desprestigio macartistas y anticomunistas, hasta la persecución, represión y muerte.
Dentro de estas necesidades económicas y políticas comprender sus campañas contra la clase y el pueblo, el sistemático uso del llamado “terrorismo”, presentándolo como el problema principal del país, poniendo como blanco de su ataque a los revolucionarios especialmente a quienes se encuentran en prisión por más de dos décadas consecutivas, entre los temas levantados últimamente, antes del discurso del 28 de julio, vimos que emulando a Sánchez Cerro han levantado una ola reaccionaria anticomunista usando la libertad de la prisionera política del MRTA Lori Berenson para impedir la libertad de los prisioneros políticos; luego de la movilización del MOVADEF en San Marcos enarbolando banderas de Amnistía General, la grita reaccionaria encabezada por García Pérez pretendió convertir la Amnistía en delito; prosiguieron esta campaña con el operativo policial para desprestigiar a las prisioneras políticas e impedir su libertad tras cubierta de requisa en el Establecimiento Penal de Chorrillos; luego, extendiendo la persecución a los liberados, negaron el derecho de reincorporación a la sociedad y el derecho a trabajar a
los profesores liberados; y, engañando con un supuesto pago de reparaciones exigido por la CIDH usando el pago conminatorio de las exorbitantes sumas de reparación civil para embargar a los familiares de los liberados y volver a prisión a quienes no pueden pagarla. Y, posteriormente, han vuelto a usar el tema del terrorismo en las elecciones municipales y regionales sembrando confusión política pretendiendo influir en contra de la voluntad del pueblo e impedir la acción política del MOVADEF.
“En conclusión, la repercusión de la crisis económica mundial en el Perú complica la necesidad económica de la gran burguesía compradora de nueva acumulación originaria y se dará mayor explosividad de las masas, por eso necesitan mayor reaccionarización del Estado”.
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