Por: Jorge Sandoval
Cuadro: Bruno Portugués |
Francisco Izquierdo Ríos nació en el oriente peruano, en la ciudad de Saposoa el 29 de agosto de 1910. Es uno de los hijos del pueblo que entregó su vida, como intelectual y como educador, junto a otros, a crear el horizonte de conciencia popular que sigue demandando el Perú de la actualidad. Realizó sus primeros estudios en Moyobamba. Como alumno sobre-saliente, obtiene una beca del Ministerio de Educación para realizar sus estudios superiores en Lima, en el Instituto Pedagógico de Varones donde se gradua como profesor en 1930, es decir a los 20 años.
La atmósfera social, con no¬table presencia de las masas populares, agita la ciudad, y él toma posición por las luchas del pueblo vinculándose pronto con los grupos de vanguardia, llegando a ser colaborador de José Carlos Mariátegui. Al año siguiente, en 1931 inicia su labor docente en el distrito de Solitor, pero su deseo de ser un servidor del pueblo lo con¬duce a fundar en Moyobamba el Centro Cívico Popular que tenía como principal finalidad instruir a la población en sus derechos ciudadanos en pos de construir una nueva sociedad. Por eso es señalado y acusado, y pronto detenido para ser enviado a la colonia penal de El Sepa, pero el pueblo de Moyobamba logra su absolución y es inmediatamente liberado.
Al conseguir su reposición, laborar como docente en Chachapoyas, Rodríguez de Mendoza, Lamed, Jumbilla y Luya, poblados de la selva que le sirven como ambientes en sus primeros cuentos y narraciones. De Luya pasa a ser Inspector de Educación de Yurimaguas, y más tarde con el mismo cargo es trasladado a Iquitos, hasta 1942, año en que es trasladado a Lima para ocupar el cargo de jefe del Departamento de Informaciones del Ministerio de Educación.
Francisco Izquierdo Ríos |
Francisco Izquierdo Ríos ha dejado constancia de su definida posición en todos los lugares donde ejerció la docencia, pero es a través de sus narraciones donde denuncia el abandono y las injustas circunstancias de la vida del hombre del campo. Bosques y ríos, árboles y pájaros, ciénagas y lomadas, las vivencias dramáticas de los leñadores, pescadores, cazadores, curanderos, artesanos, maestros rurales, discurren en sus obras como desafiantes escenarios, y como personajes que aman, trabajan y luchan por la amazonía peruana. Escribió cuentos, novelas, estampas folklóricas y costumbristas, ensayos, tradiciones y relatos infantiles.
En 1946, junto a José María Arguedas, publica “Mitos, leyendas y cuentos peruanos”. Son numerosas las obras y los reconocimientos que en vida mereció este autor, pero a cien años de su nacimiento el mayor es el ocupar hasta la actualidad un lugar en el corazón de los peruanos, por devolverle en cada una de sus obras conciencia del pueblo que lo forjó.
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