1 de octubre de 2010

CONOCIMIENTO, CIENCIA E IDEOLOGÍA CONOCIMIENTO Y PRÁCTICA SOCIAL

CONOCIMIENTO,CIENCIA E IDEOLOGÍA
CONOCIMIENTO Y PRÁCTICA SOCIAL
Los científicos burgueses presentan el proceso de la ciencia como una sucesión de descubrimientos, en el mejor de los casos, ligado a la experimentación cien­tífica, pero sin ninguna relación con la producción y la lucha de clases. ¿Es así en realidad? De acuerdo a la concepción materialista dialéctica, ¿cuál es la relación exis­tente entre el conocimiento y la práctica social? Veamos:
El hombre es el único ser que construye sus instru­mentos para producir y transformar la naturaleza, y así satisfa­ce sus necesidades de sobrevivencia. El hombre es producto del trabajo. Además, esta actividad fundamental desde sus inicios es colectiva, es social; de ahí que el hombre es un ser eminentemente social.
El hombre, en el curso de su actividad productiva va comprendiendo gradualmente los fenómenos, las propiedades y las leyes de la naturaleza. Por ejemplo, en los tiempos de la co­munidad primitiva, el descubrimiento de la agricultura y de su relación con el terreno, el agua, el sol, impulsan las observa­ciones de fenómenos relacionados con éstos, como la lluvia, el trueno, etc., hasta llegar a las observaciones astronómicas, principalmente del Sol y la Luna, a los que da explicaciones sobrenaturales. Sin embargo, a través de un proceso largo, en­cuentra que el Sol tiene ciertos comportamientos regulares, así descubren el año de 365 días y las cuatro estaciones que se suceden en este periodo de tiempo, y determina cuál es la estación más propicia para la siembra; asimismo, cuales son los mejores terrenos y cual el manejo más adecuado de los elementos involucrados en esta actividad productiva, a fin de al­canzar los mejores resultados. Así avanza en el conocimiento de la naturaleza.
Por otro lado, a través de su actividad en la producción, los hombres también van cono­ciendo determinadas relaciones entre ellos. Así, en la comunidad primitiva, las relaciones de co­operación les permitían sobrevi­vir en la dura lucha con la natu­raleza; era la única posibilidad, ya que un hombre aislado ter­minaba de alimento de las fieras. Luego, con el surgimiento de la propiedad privada sobre los me­dios de producción y de las clases sociales, surge la lucha de clases, la lucha entre explotados y explotadores. De esta manera, al surgir las relaciones de explotación y a través de la práctica de la lucha de clases, los hombres van comprendiendo los fenómenos y leyes de la sociedad conforme a sus intereses de clase. Tomemos un ejem­plo reciente del país: Cuando los campesinos amazónicos salen a protestar en Bagua contra una legislación que apunta a despojarles las tierras que los sustentan, lo hacen porque comprenden que dicha ley promulgada por el Estado es contraria a sus intereses; cuando las fuerzas policiales les reprimen, toman mayor conscien­cia de que éstas defienden a los de arriba; pero como resisten a la violencia del Estado, son apresados y enjuiciados por el Poder Judicial, y corroboran una vez más que esta institución está contra sus intereses; y cuando en medio de toda esta confrontación sale Alan García, cabeza el Estado, y los califica como ciudadanos de segunda categoría, que se oponen al “desarrollo”, comprenden con mayor nitidez el desprecio que éste siente por los pobres, y que está empeñado en despojarles de sus tierras para entregarlas a la voracidad de los monopolios imperialistas y de los grandes burgueses. También comprueban quiénes apoyan su lucha y quiénes lo condenan a través de la prensa y de todos los medios que les da el poder económico y político. De esta manera, en la práctica de la lucha de clases, van conociendo mejor el funcionamiento de la sociedad, del Estado y del aparato militar y burocrático que lo sustentan, y comprenden una vez más que con lucha se defienden y conquistan los derechos.
Entonces, el conocimiento surge de la práctica social: de la lucha por la producción, de la lucha de clases y de la experimen­tación científica. Principalmente de la producción, porque esta es la actividad práctica más fundamental del hombre y la que determina sus demás actividades.
Desarrollo del conocimiento
La producción se desarrolla paso a paso, de lo inferior a lo superior. Por ejemplo, si vemos los inicios de la agricultura, gracias a la labor de la mujer de la comunidad primitiva, y la comparamos con la agricultura capitalista altamente tecnifi­cada, constatamos un largo proceso en el que se ha profun­dizado el conocimiento de las propiedades y fenómenos que intervienen en la producción agrícola, descubriéndose leyes más amplias que permiten el manejo más eficiente de la tierra, del agua, de los fertilizantes y de todos los factores involucra­dos en este tipo de producción. De manera similar, al estudiar el proceso de la producción industrial, desde la artesanal en el esclavismo hasta la gran industria moderna del capitalismo, encontramos que el conocimiento mar­chó aparejado a dicho proceso de de­sarrollo, lo que implicó el surgimiento de nuevos campos de la ciencia, el ma­yor sometimiento de las fuerzas de la naturaleza, el empleo de máquinas más avanzadas cada vez, el desarrollo de los medios de comunicación, etc.; es decir, un conocimiento más profundo que dio al hombre una mayor capacidad de transformación de la naturaleza. Además, el proceso seguido por la pro­ducción también implicó el desarrollo del conocimiento de la sociedad, de las relaciones sociales, de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción, que avanzó de lo inferior a lo superior, de lo superficial a lo profundo.
De los ejemplos señalados podemos concluir que el conocimiento que el hombre adquiere de la naturaleza, como de la sociedad, se desarrolla conforme al de la producción. Este proceso de conocimiento dio un grandioso salto cua­litativo con el proletariado moderno, que surgió junto con la gran industria. Sintetizando 2500 años de conocimiento de la humanidad, alcanzó una comprensión global e histórica del desarrollo de la sociedad, encontró las leyes que rigen su transformación y desarrollo por saltos, y concretó la ciencia del marxismo, guía para su acción transformadora.
Walter Vargas Cárdenas

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