2 de marzo de 2012

FRENTE ESTUDIANTIL REVOLUCIONARIO

DOCUMENTO. Ha llegado hasta nuestra redacción virtual el siguiente documento. Por su importancia en el análisis del momento político actual, procedemos a su divulgación.

 




FRENTE ESTUDIANTIL REVOLUCIONARIO

Retomando el Camino Democrático

LA VERDAD HISTÓRICA Y LA MEMORIA BURGUESA

NUEVAMENTE EN CONTIENDA

La participación del Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF) en el actuar político del país trae nuevamente a debate el tema de la Verdad sobre los hechos ocurridos durante el conflicto armado interno que vivió nuestro país.

Aunque lo central es poner en debate el tema de la Amnistía y la reconciliación nacional, esto no puede desligarse de los hechos ocurridos en el Perú durante las décadas de los 80s y 90s del siglo pasado. La Memoria ha sido invocada, se ha escuchado hasta el momento la versión de uno los actores de aquella contienda: El Estado.

Los comentarios y puntos de vista de los grandes medios de comunicación junto a los actores políticos de derecha e “izquierda” supone una unanimidad pocas veces vista en la política peruana, posiciones diametralmente opuestas, al menos eso aparentan, convergen en una sola voz: Quienes se hayan rebelado contra el Estado no tienen derecho a participar en la vida política del país con la PD de que: A menos que hayan renunciado a su ideología “radical y perversa”.

No solo ha sido el intento de inscripción del MOVADEF lo que ha alborotado a los medios de comunicación, analistas políticos, congresistas y demás personalidades “democráticas”. La participación activa de jóvenes en este nuevo movimiento ha terminado de desatar la ira de la variopinta escena política peruana.

Todos a viva voz han exigido mayor información a la población, principalmente a la juventud, sobre lo que significó el “terrorismo”, de sus “siniestros” objetivos por acabar con el sacrosanto estado democrático peruano. Pretenden negar la participación de la juventud con el solo argumento de que “no han vivido la época”, afirmación tan absurda que no resiste el más mínimo análisis científico.

La historia de los hechos ocurridos durante la guerra interna aún está por escribirse, el debate por la verdad sigue aún inconcluso, lo que se ha conocido hasta hoy es básicamente la versión de una de las partes en contienda.

El conflicto armado interno ha significado el hecho político más significativo del país en toda su historia republicana, de distintas formas y con ópticas diferentes muchos intelectuales concluyen esta afirmación.

Las dos partes en contienda tuvieron política y objetivos propios, mientras una, el Estado, buscaba mantener su orden social imperante basado en la opresión y explotación del pueblo, la otra fuerza buscaba reemplazar aquella forma de organización estatal por un Estado de nueva democracia.

El Estado peruano buscando mantener su orden social imperante aplicó desde un inicio a través de sus fuerzas armadas y policiales una estrategia de guerra basada en la doctrina de lucha contrasubversiva de los EEUU, doctrina síntesis de la experiencia en Vietnam, Asia, África y de las luchas contrasubversivas en América latina. La presencia durante el conflicto de asesores estadounidenses e israelíes son una muestra real de ello, se aplicó la consigna de “robar todo, quemar todo y matar a todos” además de la política de enfrentar masas contra masas, de ahí la formación y utilización de mesnadas contra la guerrilla, contrario a lo que falsamente levanta la izquierda burguesa con el nombre de “levantamiento campesino contra Sendero”. En resumen, el Estado aplicó desde un inicio una línea política genocida.

A través de la invocación a la Memoria se esconde algo más de fondo: la posición política que cada clase asume con respecto a un hecho, en este caso frente a la guerra civil que se vivió en el Perú. De ahí que no es muy difícil llegar a la conclusión de que quienes defienden el orden social imperante asuman una posición de defensa de sus intereses de clase traducido ello en la defensa de su llamado Sistema Democrático y en la protección de su columna vertebral: sus fuerzas armadas.

Para entender el conflicto armado interno en el Perú se debe partir por ver cuáles fueron las causas sociales, económicas y políticas que dieron paso a ello, ver en qué contexto éste se inicia y se desarrolla además de entrar a analizar los objetivos que este movimiento, dirigido por la vanguardia del proletariado peruano, buscaba.

Lo anterior es plenamente conocido y puede constatarse en la documentación del Partido Comunista del Perú, las causas las encontramos en las anacrónicas estructuras económicas y sociales del país y en su atrasada superestructura política, se da en un contexto de creciente protesta popular expresión de una situación revolucionaria en desarrollo que existía en el país, siendo el objetivo la conquista del poder político para la instauración de una republica popular de nueva democracia.

La guerra iniciada en 1980 ya ha concluido, no obstante de ella deriva una serie de problemas que implican una traba para el desarrollo de la sociedad peruana en su conjunto, se está en un momento en donde ponderar la lucha política se ha convertido en una necesidad. El Estado Peruano mantiene todo su armatoste legal para tiempos de Guerra, desde Leyes entreguistas de los recursos naturales hasta una legislación laboral y penal para tiempos de lucha Cruenta, las leyes que criminalizan las luchas populares se yerguen como una espada de Damocles sobre el pueblo mismo. Es imprescindible desenvolver las luchas en mejores condiciones.

El planteamiento de amnistía y reconciliación nacional creemos coge todas estas aristas, su concreción deviene en una necesidad ineludible para el pueblo. La memoria hoy invocada por quienes representan los intereses del Estado no es más que su posición política con respecto al conflicto.

La no inscripción del MOVADEF grafica la estrechez de la democracia burguesa peruana aún con respecto de otros sistemas de democracia representativa, no solo implica la negación del derecho fundamental de toda persona a participar en la vida política del País supone además la hegemonización del sector más reaccionario al frente del Estado Peruano. En contraparte también se expresa un insuficiente desarrollo de las fuerzas democráticas traducido en lo concerniente al problema del frente único, limitación que ira resolviéndose en tanto se aplique una política de convergencias y principalmente en cuanto se desarrolle el Frente único a nivel nacional.

El derecho es la afirmación de la Fuerza. La no inscripción del MOVADEF no significa un capítulo cerrado como vanamente pretende la Gran Burguesía Peruana y toda su comparsa de resonancia, es más bien una nueva etapa que se abre, una posibilidad cuya necesidad se irá acrecentando al compás de las luchas por mayor democracia y desarrollo para el pueblo.

Frente Estudiantil Revolucionario – Retomando el Camino Democrático
Base San Marcos.

Febrero del 2012.

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