Con numerosa asistencia de escritores de todo el país, del 16 al 18 de febrero, en la Asociación Guadalupana de Lima, se produjo este importante evento. Conversamos con algunos de sus organizadores, como con otras personalidades participantes. (A.M.)
JORGE LUIS RONCAL
Este encuentro estaba programado para noviembre del año pasado en Andahuaylas, cuna del novelista, pero se postergó por la situación de tensión social y política en torno al conflicto minero en Andahuaylas. Más allá del valor literario o antropológico, el papel político de Arguedas es fundamental porque expresa la resistencia frente a la globalización, que es parte de la maquinaria del dominio imperial. Aún cuando en tiempos de la polémica con Cortazar, por los niveles mediáticos, el prestigio de este escritor era superior, él reconoció que se equivocó en la polémica con Arguedas: en una entrevista con Tomas Escajadillo lo dice textualmente. Ahora, el proyecto de Arguedas abona a la construcción de la nacionalidad peruana, nace desde la comunidad y se desarrolla en función a las necesidades históricas y sociales del país: la lucha por el agua, el tema del conflicto social, el desplazamiento de las masas campesinas hacia la urbe. Por otro lado, expresa la necesidad de resistir, afianzar las raíces andinas y de proyectar la cultura andina como columna vertebral de la nación peruana. Como secretario de organización puedo decir que el Gremio de Escritores ha cumplido cinco años y hemos sentado bases en todos los frentes. En el año arguediano hemos desarrollado, apoyado o participado en 70 jornadas arguedianas en todo el país, comunidades, barrios, sindicatos, colegios, tanto en Lima como en provincias.
ALIDA CASTAÑEDA
Mi admiración por José María Arguedas empieza desde niña por su amor al quechua porque en el idioma están todos los saberes y valores de nuestra ancestral cultura. Yo nací en Tambobamba, Cuzco, y agradezco a mis padres que me hayan trasmitido el quechua y el castellano. Temo decir que las nuevas generaciones ya no quieren hablar quechua. Ahora, Arguedas es el gran paladín de la inclusión, es el puente entre dos culturas, el gran pachachaca, él decía que para escribir “Los Ríos Profundos” necesitaba escuchar a Schubert o Beethoven. Hoy Arguedas estaría enrolado al internet y la modernidad, por eso no se aisló, sino buscó la “otredad”. El ponderó las culturas nativas en todo el mundo. Por eso, este homenaje de los escritores es una deuda que teníamos que hacer al año pasado, pero los acontecimientos sociales en Andahuaylas –su lugar de nacimiento- lo impidieron. A los jóvenes, Arguedas les diría que primero conozcan lo suyo porque nosotros venimos de muchas culturas, no solamente la quechua, no podemos ser mezquinos con nuestra historia.
ERNESTO TOLEDO
Ahora muchos hablan de Arguedas, pero nunca lo han leído. Arguedas representa el Perú y su complejidad, por eso hay una gran identificación con él. En tiempos de la globalización, o de internacionalización de las relaciones de producción, como dice Carlos Marx, durante esta crítica al neoliberalismo, resulta indispensable el análisis de la realidad peruana, de su complejidad y diversidad. No somos una cultura, somos muchas. Reconociéndolas, es la única manera de integrarnos. La política educativa y sus negros intereses quieren pintarlo a Arguedas como un depresivo, como un impotente, como un escritor sin militancia política. Se quiere ignorar su condición de comunista, para ocultarla a las nuevas generaciones que lo están estudiando. Es muy loable este homenaje que los escritores le están haciendo porque Arguedas no es moda sino transformación. Arguedas, junto a Mariátegui y Vallejo, es el principal referente de la peruanidad.
ZELIDETH CHAVEZ Presidenta del Gremio de Escritores del Perú |
JAVIER GARVICH
No pudimos cristalizar el año pasado este homenaje a Arguedas, pero por respeto a los compañeros escritores que ya habían preparado ponencias y libros, finalmente ahora estamos cumpliendo. Arguedas es una de nuestras banderas literarias, una afirmación del Perú que todos queremos. En toda su obra está la búsqueda de un Perú mejor, que nazca desde adentro, que sin chauvinismos afirma la identidad liberadora y creadora. Con Arguedas aprendemos que vivimos en un gran país, que puede producir grandes ciudadanos y dar grandes cosas al mundo. Frente al pesimismo que quiere ver al Perú como una nación fallida, que perdió el tren, Arguedas propone que este es un país por el que vale la pena luchar. Si Arguedas estuviera vivo, hace tiempo estaría preso porque era un hombre con convicciones a las que no iba a renunciar. El tuvo la suerte de vivir en un momento de expansión y auge de un pensamiento creativo y alternativo. En la pleamar que ahora sufrimos, él no se hubiera vendido, él hubiera defendido el proceso histórico –como lo defendió por Cuba, por Vietnam- se ve en su correspondencia con Hugo Blanco, él hubiera tomado una posición frente a la guerra interna, y hubiera sido ahora un preso político, en el mejor de los casos.
“SI ESTUVIERA VIVO, HUBIERA DEFENDIDO EL PROCESO HISTÓRICO DEL PUEBLO, Y EN EL MEJOR DE LOS CASOS, SERÍA UN PRESO POLÍTICO”
LEO CASAS
Tuve la suerte de conocer a Arguedas. El canto y la música, lo que teníamos en común hizo que me acogiera como un discípulo, nos escribíamos, le contaba mis inquietudes. Arguedas no representa el pasado, él nos da conciencia de nuestras raíces profundas, milenarias con una sabiduría que responde a los problemas cruciales de nuestro país y de la humanidad. Arguedas nos permite comprender la compleja realidad social, cultural y política de nuestro país y nos da el mensaje de que todos los sectores sociales en conflicto debemos unirnos. De la amalgama de esa unión saldrá una nueva música, un nuevo canto. Esta Lima, que es la cabeza de los falsos viracochas, donde está sentado el poder político, ideológico, militar, ha menospreciado violentamente las culturas andinas y amazónicas. Arguedas propone la conquista de esta Lima con nuestra antigua sabiduría, con nuestro canto, con nuestras lágrimas, hasta convertir esta ciudad en un lugar fraterno, el hogar de todos. El poder político se negó a ponerle su nombre al año de su centenario para regatear la posibilidad de que hablemos de Arguedas, de sus obras, de su mensaje. Es evidente que ese poder no nos representa y no le conviene que el mensaje liberador de Arguedas encarne en nosotros. Arguedas sigue siendo un escritor clandestino, si estuviera vivo en este momento estaría acusado de ser el mentor político e ideológico, el “terrorista”, que alienta al pueblo a oponerse a la gran inversión extranjera en la minería, por ejemplo. El gremio de escritores ha divulgado el mensaje de Arguedas en sus diferentes mani-festaciones: como escritor, como antropólogo, como músico. Cómo es posible que su música y su canto, que representa todos los colores del alma humana, se diga que es una música primitiva. Arguedas dice que la música y el canto serán la amalgama de los diferentes sectores del Perú, por eso su vigencia. Porque la liberación nacional, la vindicación de las mayorías, la conquista de la democracia y todos sus derechos están en Arguedas. Los jóvenes escritores deben asumir su tarea, no solamente como forma de emociones y sentimientos, sino también como denuncia de la injusticia, para hacer ver que podemos unirnos, por encima de los que quieren vernos separados, y reafirmarse en su compromiso de hacer de su obra una herramienta de clarificación de los problemas y concientización de todas nuestras posibilidades, para unirnos y marchar juntos a la conquista de nuestros derechos y nuestra verdadera libertad.
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