Fotos de un acto cívico y democrático
donde las masas de todo el país demandaron, este 27 y 28, el cumplimiento de la
palabra del que se presentó como hombre de la transformación del país, viejo
anhelo del pueblo aherrojado por trabas que impiden su desarrollo. Asistimos en
nuestra condición de ciudadanos que pueden hacer libre uso del espacio público,
y particularmente como parte de la revista Culturales 1º de Mayo, de pública y
legal distribución. Reservo mi derecho a una acción judicial al diario Perú 21
(El Comercio) y El Correo (vinculado a los sectores más reaccionarios de la
derecha peruana) y otros pasquines, que el día de ayer y hoy me presentan, bajo
sospecha, como integrante de movimientos políticos o culturales a los que no
pertenezco. Pareciera que la proscripción del libre pensamiento y la libre expresión,
y ahora hasta el libre movimiento, fuera continuación del viejo libreto, que
también sostiene el actual régimen, por el cual todo acto divergente es
necesariamente “terrorista”. Es la estulticia de los poderosos. Y la orfandad.
Como escritor, y en este momento como
periodista, no hago más que dar testimonio de este tiempo, de sus luchas, de su
pálpito. Y si pienso que el tiempo es el verdadero capital que todos tenemos,
no cesaré de hacer con él lo que me venga en gana. Y para estar allí donde palpite
el corazón del pueblo, no les pediré permiso a los directores de dichos pasquines
que sueñan convertirnos a todos en celadores de una cultura de la fatua
acumulación y la necedad. (A.M.)
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