La “Escuela Experimental de Mimo” fue
durante un buen tiempo un espacio cultural democrático a cargo de Fernando Ramos,
conocido profesional del teatro, y donde se llevaban a cabo diversos talleres
de arte, de defensa del patrimonio histórico cultural, de defensa civil, así
como talleres de comprensión lectora. Este espacio se desarrollaba en una “casa
tomada”, un viejo caserón del centro de Lima abandonado durante mucho tiempo.
Pero pronto apareció una empresa constructora, afirmando que eran los “dueños”
y la escuela fue desalojada. Pero como no se procedió de manera legal, los
jóvenes artistas volvieron a tomar la casa, pero la superioridad numérica y
matonesca de aquellos que fueron contratados para sacarlos, los hizo desistir.
Pero pronto repararon que un conjunto de casas abandonadas, súbitamente eran
reclamadas o puestas en manos de empresas a quienes no les importa más que
repararlas y ponerlas en “valor”, (como se llama ahora ventilar un objeto en el
mercado), o derribarlas para dar paso a la “modernidad”.
Es tanto más notable el caso del “Palais
Concert” –centro cultural que acogió a intelectuales de gran trascendencia como
Abraham Baldelomar, José Carlos Mariátegui, César Vallejo, entre otros. Es
verdad que se ha conservado el “cascarón” de la casa pero inevitablemente
pronto será convertida en una tienda de zapatos, ropa y objetos eléctricos.
Casi al mismo tiempo, la voracidad de los mercaderes estuvo a punto de pasar
por encima y destruir los restos arquitectónicos de Puruchuco, cuando la
Municipalidad decidió ampliar la avenida Javier Prado en dirección al eje
residencial de La Molina. Fue la movilización de sus defensores y la crítica
sostenida a este atropello que logró el túnel bajo tierra que se construirá
para preservar este monumento cultural en Ate.
Fernando Ramos, al lado de un conjunto de ciudadanos, se ha propuesto
llamar la atención a la pretensión que tienen estas empresas para, en nombre
del libre mercado, atentar contra el patrimonio cultural de la Nación. No hay
que olvidar que en el momento actual la nueva acumulación de capital en que
ferozmente la burguesía está empeñada tiene su avanzada en las empresas de
construcción.
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| Fernando Ramos |
“Indudablemente, estos espacios guardan
una relación con las vivencias de la comunidad. Sin embargo, ¿en qué medida se
divulga esta importancia para la población? ¿qué significado tienen para ellas?
¿y los dirigentes del país van a valorar su importancia histórica?
Hay un clima de corrupción
generalizado que promueve estas destrucciones. Estos espacios son de alto
significado, son espacios patrimoniales. Pero lo que quieren los gringos es “estandarizarlo”
todo, nada debe tener un significado local, popular. Nosotros hacemos
resistencia cultural defendiendo nuestro patrimonio porque se está convirtiendo
en moneda corriente golpear en nuestros espacios de contenido patrimonial y
cultural. Los negociantes quieren borrar nuestra memoria para indicarnos el
futuro. Por ejemplo: te construyen un trasporte masivo y ¡qué casualidad! sus
paraderos están a un paso de los supermercados; interrumpen las clases de la
Escuela de Arte Dramático para facilitar el festival de la comida “Mistura”;
reconstruyen el estadio y se echan abajo las federaciones. Es todo un sistema.
Esta es la globalización, este es el neoliberalismo”, afirma Fernando.
LA VERDAD Y LA MEMORIA: MARK COX
El escritor y profesor universitario
Hildebrando Pérez fue integrante del grupo “Narración” que en los años 70
proponía una línea de análisis político y social al desafío literario. Publicó
el libro de cuentos “Los ilegítimos” en 1975, donde expone un aliento de
esperanza y rebelión, dando fin a la etapa indigenista de la literatura
peruana. Bajo la acusación de subversivo, en enero de 1982 es detenido y recluido
en el penal de Ayacucho, de donde es liberado junto a Edith Lagos –y numerosos
presos con la misma acusación- por una espectacular acción que dirigen los
llamados “senderistas” el 2 de marzo de 1982. Según diversos testimonios, se
incorpora a las guerrillas y fallece en un enfrentamiento con el ejército en
1984. Ante la absurda acusación donde se afirma que justamente él había
dirigido los sucesos de Lucanamarca, Mark Cox, estudioso norteamericano, ha
publicado el libro “La verdad y la memoria” donde trata de demostrar la
inconsistencia de tal afirmación.
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