1 de mayo de 2013

LA COMUNA DE PARÍS


 HOMENAJE:

LA COMUNA DE PARÍS


En la segunda mitad del siglo XIX prosperaba la revolución industrial y se consolidaba el capitalismo liberal contra las masas obreras que eran explotadas sin límite alguno. La Comuna de París fue el primer intento revolucionario desde el pueblo para crear una sociedad a la medida y necesidad de los trabajadores. Duró apenas del 18 de marzo al 28
de mayo de 1871 y tuvo como escenario la ciudad de París, en Francia. Tras el fracaso de la burguesía francesa en la guerra franco-prusiana, la ciudad había quedado sitiada. La población obrera exigía una república democrática y se oponía al reestablecimiento del mismo sistema oneroso, ahora agravado por las indemnizaciones que imponían los que ganaron la guerra, y que sin duda serían obtenidos del lomo de los trabajadores. El gobierno intentó confiscar a los milicianos la artillería que había sido comprada por suscripción popular para la defensa de la ciudad, pero la Guardia Nacional -constituida por más de 200,000 parisinos- y el pueblo la arrebata y se alza en armas. Thiers, jefe del gobierno y la nueva “Asamblea Nacional”, como medida inmediata ordena la evacuación de las fuerzas leales, con las que se traslada a Versalles. Los siguen miles de parisinos de los barrios residenciales.
Obreros, hombres y mujeres, el pueblo en general, armas en las manos, en las barricadas a la defensa de París
Siendo la única fuerza efectiva en París, la Guardia Nacional en seguida convoca elecciones para la Comuna de París, donde son elegidos 92 miembros para el Consejo Comunal, compuesto de obreros, artesanos, pequeños comerciantes, profesionales, en su mayoría republicanos, socialistas y anarquistas. A pesar de sus diferencias, este consejo dio medidas de urgencia que fueron saludadas por el pueblo parisino: devolución de las herramientas de los obreros embargadas por las casas de empeño, pensiones para viudas e hijos de los miembros de la Guardia Nacional muertos en servicio, abolición de las deudas, y se estableció el derecho de los trabajadores a conducir las empresas abandonadas por sus dueños. El Consejo autorizó a todos los miembros de la Guardia Nacional a portar armas y los convirtió en el sostén militar de la Comuna, y al que se agregaron batallones de mujeres obreras; confiscó las propiedades de la Iglesia y excluyó la religión en las escuelas, permitió las actividades religiosas siempre que en las iglesias pudiera haber también reuniones políticas. Legisló una educación y práctica técnica asequible a todos por igual. Propuso el cambio de la bandera tricolor por una bandera roja.

En el breve tiempo que duró, la Comuna de París plasmó la necesidad de nuevas relaciones sociales, respondiendo a las que proponía la sociedad capitalista (basadas en dinero versus trabajo). La población vio que estas medidas elevaban constantemente el optimismo y el espíritu revolucionario, especialmente cuando aparecían los rostros humildes de la población asumiendo con solvencia las responsabilidades de los altos funcionarios y especialistas del Estado que habían abandonado sus cargos. Pero este espontaneo levantamiento popular, por el insuficiente desarrollo de su conciencia y organización política, no podía durar. Es así cómo Thiers negoció con el gobierno de Prusia
una alianza para derrotar al gobierno proletario de la Comuna, a cambio de concesiones para Prusia. El canciller prusiano Otto Von Bismarck liberó a presos de guerra para que pudiesen ayudar en el cerco a la ciudad de Paris. El 21 de mayo del año 1871, más de 100 mil soldados invadieron la ciudad de Paris. La resistencia más acérrima estuvo en los distritos de clase trabajadora, principalmente los del este como Belleville y Ménilmontant, donde la lucha continuó durante ocho días de combates callejeros (la llamada “semana sangrienta”). El 27 de mayo sólo quedaban unos pocos focos de resistencia en los distritos más pobres cuyos habitantes defendieron con sus vidas y hasta el final el sueño de una nueva sociedad. El enfrentamiento dejó más de cien mil muertos del lado parisiense. Y la violenta represión continuó aún por muchos años cuando se persiguió, se fusiló o encarceló a quienes apoyaron el nuevo gobierno. Un obrero que participó en este historico suceso escribió un poema que dio lugar a la “Internacional Socialista”.
En el balance, la derrota del primer gobierno proletario del mundo permitió obtener valiosas lecciones a los que persistieron en creer en la superioridad de un gobierno socialista, frente a otro basado en el egoísmo y el dinero. Marx y Engels, que apoyaron el movimiento a pesar que previeron su desenlace, a partir de esta experiencia establecieron
que la Comuna de Paris fue expresión de la lucha de clases en un país en pleno desarrollo capitalista. Poco después, en 1917, bajo la dirección de Lenin y los bolcheviques, un nuevo gobierno proletario insurgiría en Rusia.
Más tarde, en 1949, con Mao a la cabeza del Partido Comunista, ocurre lo mismo en China. La Comuna de Paris fue su más importante antecedente. (A.M.)








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