“¿Y qué pasa con el auge del
movimiento antiglobalización en los últimos años? ¿No contradice claramente
este diagnóstico? En absoluto: un examen minucioso muestra rápidamente cómo
también este movimiento sucumbe a “la tentación de transformar una crítica del
capitalismo mismo (centrada en los mecanismos económicos, las formas de
organización del trabajo y el logro de beneficios) en una crítica del “imperialismo”.
De manera que cuando uno habla de “la globalización y sus agentes”, el enemigo
se externaliza (normalmente en forma de vulgar antiamericanismo). Desde esta
perspectiva, en la que la principal tarea hoy en día es combatir al “imperio americano”,
cualquier aliado es bueno si es antiamericano, y así el desenfrenado
capitalismo “comunista” chino, los violentos antimodernidad islámicos, así como
el obsceno régimen de Lukashenko en Bielorrusia (véase la visita de Chávez a
Bielorrusia en julio de 2006) pueden aparecer como progresistas compañeros de
armas antiglobalización… Lo que aquí tenemos es, por consiguiente, otra versión
de la infame noción de “modernidad alternativa”: en lugar de la crítica al
capitalismo como tal, de enfrentarse a su mecanismo básico, con lo que nos
encontramos es con la crítica del “exceso” imperialista, con la noción (tácita)
de la movilización de los mecanismos capitalistas en un marco distinto, más “progresista”.
Así es como debería abordarse lo que posiblemente
constituye la principal contribución de Mao a la filosofía marxista, sus
elucubraciones sobre el concepto de contradicción: no debería descartárselas como
una regresión filosófica sin valor (lo cual, como puede fácilmente demostrarse,
estriba en una vaga noción de “contradicción” que simplemente significa “lucha
de tendencias opuestas”). La tesis más importante de su gran texto “Sobre la
contradicción” en relación con las dos facetas de las contradicciones, “las
contradicciones principales y las no principales en un proceso, y los aspectos
principales y los no principales de una contradicción” merece ser leída con
atención. Lo que Mao reprocha a los “marxistas dogmáticos” es que “no
comprenden que es precisamente en la particularidad de la contradicción donde
reside la universalidad de la contradicción.”
Fragmento del libro “Mao Tse-tung.
Sobre la práctica y la contradicción”. Slavoj Zizek, filósofo contemporáneo.
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